miércoles, 27 de enero de 2010
Una ciudad dorada
Una ciudad maravillosa... completamente dorada y modelada por la misma arena amarillenta que no muy lejos, se extiende en un desierto inhóspito en apariencia, pero que a pesar de su extensión, es uno de los más densamente poblados del mundo.
Por supuesto, no hay que imaginar grandes multitudes ni selvas urbanas. Jaisalmer es uno más de los lugares increíbles en la parte central de Asia.
Apodada como la "Ciudad Dorada", está situada en el estado de Rajastán, en medio del desierto Thar y sobre una cresta de piedra arenisca amarillenta sobre la que se esculpieran muchas de las casas y palacios de la ciudad. Por ello, el matiz del poblado es amarillento y homogéneo.
Fundada en el año 1156 como capital del reino de la dinastía Jaisalmer, sus pobladores son descendientes de la casta BHATTI, una de las más numerosas de los los Rajputs. La situación estratégica de la ciudad sobre una ruta comercial de caravanas entre la India, Egipto, Arabia, Persia y África, hizo que el lugar pueda desarrollarse y perdurar a lo largo de los siglos como un importante punto poblado en el desierto.
Sobre la cresta de piedra arenisca, está modelada una enorme fortaleza que bien podría pasar como un "castillo de arena", el Fuerte de la Colina Jaisal: Al estar en el desierto, y casi en la frontera con Pakistán, la ciudad permaneció relativamente aislada hasta tiempos recientes, por lo que es notable el grado de preservación de las construcciones tradicionales de la ciudad.
La ciudad está plagada de muchas estructuras de atractivo cultural y turístico: grandes monumentos históricos como la fortaleza medieval de barro, conocida como Fuerte Jaisalmer. El sitio que fue escenario de numerosas batallas, y está moldeado con paredes de arenisca que encierran un Palacio real (el Raj Mahal) y templos de una decoración exhaustiva e impresionante.
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